Mostrando entradas con la etiqueta Marisa Tomey. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Marisa Tomey. Mostrar todas las entradas

domingo, 14 de abril de 2013

I´m whatever else is around, 
so i´m free to just exist.


I heart Huckabees (2004)

Hay relatos que tratan de lidiar con lo que en otro tiempo se llamó el pensamiento existencialista sobre la propia vida. Y describir la confusión, desazón y desconcierto que asalta a las personas idealistas en este mundo que les ha tocado vivir. Y tal vez David O. Russell, que antes de dedicarse a hacer cine se licenció en literatura inglesa y ciencias políticas, pensó que podía contribuir algo a ese relato de extrañamiento de sí. Y probablemente lo logró en la medida que este film es desconcertante. Uno no sabe si está ante una gigantesca y pedante tontería, un intento muy light de hacer comedia del absurdo, le asaltan preguntas sin respuesta como ¿qué hizo que Isabelle Huppert, Lily Tomlin y Dustin Hoffman decidieran encarnar a los detectives existencialistas Caterine Vauban, Bernard y Vivian respectivamente? Porque uno puede entender la presencia de Jason Schwartzman en el papel de activista verde Albert Markovski que entra en un proceso de desmantelamiento de su identidad para averigurar la razón de una triple coincidencia con un chico negro adoptado. Después de todo Schwartzman es inevitable en cualquier producto indie freak pseudo-intelectualoide. Y  Jude Law está en papel de guapo encantador, Brad Stand, algo tampoco tan extraño en su filmografía. Naomi Watts como la modelo Dawn Campbell y Mark Walhberg como el bombero Tommy Corn o Marisa Tomei como la descontenta mujer de Tommy tampoco son elecciones de casting inauditas. Y rescatar a Tippi Hedren como la heredera del terreno pantanoso donado a la comunidad que la expansión de la cadena de supermercados Huckabees amenaza no deja de ser entrañable. Pero qué hacen todos ellos en este enredo pasado por prozac que ni es trágico ni cómico de veras, que no es más que una parodia insulsa, es lo que cabe preguntarse. A nivel personal la moraleja camina hacia el siguiente esquema, lleve las cosas hasta el límite de la resistencia nerviosa y dos antagonistas Albert Markovski y Brad Stand se descubrirán a sí mismo en el otro y se uniran terminando con toda la agresividad y beligerancia que les separaba.