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viernes, 12 de abril de 2013

- Your ignorance is understandable since you lack of history.
- The propriety commands me to ignorance.
- Condemns you to it. And your writing to the state of a female accomplishment.



Becoming Jane (2007)
Este biopic dirigido por Julian Jarrold ahonda en la juventud de Jane Austen, en ese amor juvenil que sintió por el futuro juez y político irlandés Thomas Langlois Leffroy (un inspiradísimo James McAvoy). La joven Jane (Anne Hathaway) es hija del vicario de una parroquia de Hampshire (James Cromwell) y su realista madre (Julie Walters) le explica muy claramente que no hay dinero con el que dotarla para un matrimonio ventajoso y la única posibilidad de inserción social y de escapar a la miseria es aceptar la proposición más ventajosa que se le presente. Su hermana Cassandra (Anna Maxwell Martin )ya ha hecho una elección por amor comprometiéndose con un futuro párroco que emplaza su boda a la vuelta de una misión en Santo Domingo. A ella se le presenta la oportunidad de casarse con el heredero de la rica del lugar, Lady Gresham (Maggie Smith) y el joven Mr. Wisley (Lawrence Fox) tendrá ocasión de mostrar su sincero aprecio por su perseverancia. No todos sus pretendientes harán gala de esa nobleza. Pero el azar hace que el Juez Langlois (Ian Richardson) determine para su sobrino y heredero una cura a sus excesos londinenses vía estancia campestre atropellando de ese modo azaroso la tranquila vida de la aspirante a escritora que es aún Jane. Hay amores que están destinados a caminar a nuestro lado mucho tiempo y otros que son simplemente la abeja de la mayéutica socrática, nos abren horizontes, cambian nuestra forma de entender la vida para siempre y una vez cumplida su función en nuestra historia personal, desaparecen. Hay amores que frustran las personas más viles. O simplemente hay amores que no pueden ser, pues su cumplimiento entraña el dolor de demasiadas terceras personas como para que resulte una opción deseable. A Jane Austen no le gustaba construir su felicidad sobre la infelicidad de otros. Amaba a su familia demasiado como para causar un daño en otras familias. Y su familia, su hermano Henry (Joe Anderson) y su cuñada Eliza de Feuillide (Lucy Cohu) la sostienen en su camino de dolor. Conocía su posición y lo que esta representaba para el mundo social en el que se desenvolvía. Amó, sufrió y vivió en consecuencia. Esto es lo que viene a contar este biopic que se concede unas cuantas libertades para hacer la trama de una tensión dramática insoportable y asegurarse de que hasta el más despiadado acabe bañado en lágrimas. Es cierto que el acento de Hathaway es claramente mejorable, que suena a veces muy yankie, pero con ser mejor el de Keira Knightley no hace sus personajes de Austen más creíbles ni tampoco la química con sus parejas ochocentistas. Tramposo o no, el guión logra empatizar sobre la circunstancia vital de la escritora y  ése es el mayor logro de una biografía.

martes, 7 de agosto de 2012

"Everyday we wake up, we do our best, anything else really matters..."




El Exótico Hotel Marigold. (2011)
Ahí va un film para reconciliarse con la vida, incluso con sus aspectos más ingratos. Para pensar en las dimensiones posibles del tiempo que tenemos entre las manos y el uso que queremos dar a nuestro paso vital. Nadie quiere a los viejos, ni la sociedad británica ni ninguna sociedad occidental. De hecho, a ningún grupo humano que no pueda desenvolverse por sí mismo. Un grupo de magníficos actores en la llamada tercera edad y algunos justo en el momento del franqueo a esa edad dorada, todos en activo, asumen las vidas de coetáneos con vidas menos exitosas, más ordinarias y sus miserias. Las carencias pueden ser económicas, físicas, emocionales y sexuales. Todos ellos, descontentos de las alternativas ofrecidas para ellos por su país, deciden apostar el final de sus vidas a un retiro que se presume rodeado de lujo y esplendor en el Hotel Marigold de Jaipur. Configuran un abanico de respuestas variados ante la explosión de vida, en caótico desorden pero vida al fin y al cabo, con que se ven obligados a entrar en contacto. De las colisiones con el país extraño, con sus gentes, con sus compañeros de destino y consigo mismos resulta una película generosa como un río que les permite el tiempo de repensar sus vidas a ellos y a sus espectadores. Hotel Marigold ahonda en esa senda donde Lost in translation se quedó corta. Convierte el breve encuentro de un turista en tránsito con otra realidad en un viaje sin retorno.