domingo, 20 de julio de 2014

The rise of the planet of the Apes (El Origen del Planeta de los Simios, 2011)


"- I swear, you know everything about the human brain except the way it works."

El Origen del Planeta de los Simios narra desde la perspectiva y mirada de un simio su captura, su empleo en la experimentación de un nuevo fármaco- el ALZ 112- que busca curar el alzheimer en humanos y los desastres que desata esa experimentación animal. El cliente comercial, Steven Jacobs (David Oyelowo), ordena eliminar a los simios de la primera fase experimental pero la piedad de un guarda, Robert Franklin (Tyler Labin) pone en manos del científico Rodman la tarea de educar en casa al hijo de Bright Eyes, Caesar, que habiendo recibido vía materna el efecto de la droga experimenta un desarrollo neuronal espectacular. La droga, por contra, tenía ciertos efectos transitorios de mejora en su versión inicial pero resultaba fatal y viral para los humanos en su versión de desarrollo acelerado. La aparición de la zoóloga Caroline Aranha (Freida Pinto, Slumdog Millionaire) proporciona a Caesar unas oportunas escapadas a Redwoods, bosque a las afueras de San Francisco. Pero la defensa del padre de Will, Charles (John Lithgow), víctima del alzheimer, contra un vecino piloto y algo neurótico, pone a Caesar a recaudo de una institución de control animal y le procura el encontronazo con los elementos más conflictivos de su especie.
La advertencia contra la genética no es algo original de esta cinta dirigida por Rupert Wyatt, estaba también en The Island de Michael Bay (2005), por poner solo un ejemplo y no el mejor, referida a humanos. La figura del científico loco, en este caso Will Rodham (James Franco) tiene honda raigambre en la cinematografía. Y el subterfugio de una sustancia aplicada como una picadura que desata superpoderes permite ver a Caesar (Andy Serkis, el Smèagol de The Lord of the Rings) como un Spiderman a la inversa.
Por no hablar del orgullo mutante que nos llevaría hacia otra saga, la de los X-Men. La película hace reflexionar sobre las elecciones que se presentan, ser cabeza de ratón o cola de león, la importancia de sentirse reconocido dentro de un grupo afín, de sentirse comprendido y aceptado que es lo que la mayoría entendemos como "estar en casa". Y la solidaridad de grupo que es un concepto que cada vez es menos común entre los humanos. Es decir, que tu emancipación comprenda también la emancipación de tus iguales, todo el género humano.


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