jueves, 6 de septiembre de 2012

"Cuando abandonas un lugar, debes hablar
del sitio al que vas y no del que dejas atrás".


Un toque de canela (2003).
Esta película se estructura como un menú de 1959 a nuestros días en la historia compartida o dividida entre turcos y griegos presentada en primeros, segundos platos y postres. Cuando las relaciones entre personas y países se deterioran siempre es por ambas partes, el desagrado termina siempre por encontrar equilibrio en la correspondencia o en la indiferencia. No obstante, el argumento principal tiene una escala burguesa como lo tenían los padecimientos del Dr. Zhivago. ¿Qué ocurre cuando la historia política del país en que vives modifica de forma irreparable el curso de tu existencia? Esta película es nostálgica pero esconde varios momentos que se prestan fácilmente a la hilaridad.
Fanis (Markos Osse) adoraba a su abuelo Vasilis  (Tassos Bandis), griego nacionalizado turco como su hija Soultana (Renia Louizidou). Vasilis regentaba una tienda de ultramarinos a la que todos los vecinos confiaban la fortuna de su cocina. Fanis pasa su infancia aprendiendo gastronomía y astronomía en el altillo de esa tienda y viendo a Saime (Basak Köklükaya), su primer amor, bailar para él. Pero a comienzos de los sesenta su padre Sawas (Ieroklis Mikaelidis), griego de nacionalidad, es deportado y Fanis debe marchar con sus padres a una Atenas que desconoce, una Atenas que no tiene ni uno solo de los aromas y riqueza de la cocina turca y donde todos sus aprendizajes le hacen sospechoso de conducta desviada. Su abuelo promete reunirse con su nieto pero nunca llega hasta que - Fanis ya adulto (Georges Corraface) convertido en exitoso astrónomo y profesor - acaba en el hospital después de haber perdido el avión en un último intento,  sincero esta vez, de reunirse con él. Es el momento para Fanis de volver a Estambul y hacer recuento de lo que queda de su infancia, porque como decía su tío, el marino Aimilios (Stelios Mainas) "En la vida hay dos clases de viajeros: los que miran el mapa se van, los que miran el espejo vuelven a casa".

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